¡Hola a tod@s!
Después de unos cuantos días de vacaciones y otros tantos para volver a la normalidad, ya echaba de menos tener algo de tiempo para escribir. No es que haya hecho gran cosa en todo este tiempo, aunque mi trabajo me ha costado aprender una cosa que tenía pendiente: interpretar diagramas de crochet. Había un par de proyectos de chales que me llamaban mucho la atención, muy sencillos por cierto, pero sin instrucciones escritas, sólo tenían gráfico, y yo me quedaba mirándolo como si estuvieran escritos en chino. Por fin puedo decir que los entiendo, y estoy encantada. Sobre todo después de estrenar este juego de ganchillos tan coloridos.
Es un pequeño capricho, pero tenía ganas de tener una colección de ganchillos en todos los tamaños (al menos los más comunes). Son nueve ganchillos en acrílico en medidas que van de los 3mm hasta los 12mm. Con esto no necesito más (al menos por ahora).
Y aquí van los proyectos en los que estoy ahora inmersa. En primer lugar un cesto que pretendo usar para colocar las labores que estoy haciendo en cada momento, y también me va a servir para finiquitar un par de ovillos de lana gordita que compré en un multiprecio y que no he llegado a usar porque no me convencía mucho la calidad. El tutorial podéis encontrarlo aquí.
Es un proyecto que se hace muy rápido, y el resultado es bonito y decorativo.
Y por otro lado, la siguiente labor es un chal que tiene las instrucciones en gráfico y por escrito, gracias a las cuales he podido aprender a interpretar los diagramas. También lo saqué de la página de Hastaelmonyo y lo tenéis aquí.
Estoy usando una lana matizada de Katia llamada Belice. Es mezcla de algodón y acrílico, apropiado para primavera-verano, que es para cuando me gustaría estrenarlo.
De momento la combinación de colores promete ser bonita. Me gustan estas lanitas porque son como una caja de sorpresas, van haciendo un efecto diferente en cada proyecto y nunca sabes exactamente cómo va a ser el resultado final.